TAKE MY HANDS

Pasaba la mayor parte del tiempo quejándose amargamente con todo el mundo, cualquier nuevo compañero de mesa-banco se convertía en su esclavo, en el pobre incauto de sus frustraciones. Lo hacía en modo casi automático, ni siquiera sé si me miro a mi cuando comenzó su letanía: Resulta que su padre era un tirano (el dictador) que buscaba que se hiciera su santa voluntad tuviera o no la razón. Su madre era la mujer abnegada (el pueblo) que ve, escucha y calla…

Entonces lo interrumpí, para sorpresa suya y la de todos, le conté mi historia de cuando estaba en preescolar y le robé unos billetes de juguete y unos sellos a la hija de la comadre de mi mamá. La niña esa tenía tantos juguetes, tantas cosas, que estoy segura que nunca hubiera advertido que algo le hacía falta… Recuerdo que me dieron una buena friega ese día, hasta me hicieron que le fuera a pedir perdón. Fue la última que le pasaron a mis papás y la última que viví en su “hogar”, de ahí vinieron nuevas casas, nuevos padres, escuelas y demás, así es como he llegado hasta aquí.

Sólo una vez conté esta historia antes, fue a un Padre en secreto de confesión.: –“Dios no nos manda las cosas porque no las merezcamos sino porque nos quiere”. Me contestó ese día, lo recuerdo muy bien. “¡¡Menuda forma de querer!!”, pensé para mí. Pero eso sí, desde aquel día de mi tierna infancia se me quedó bien grabado en la cabeza que no está bien robar, ¡pregúntenme si lo volví a hacer!

Lo anterior lo dije a modo de conclusión para terminar con la anécdota pero ni él, ni el resto del grupo lo dejaron ahí, con cara de consternado apenas y uno de ellos musitó:

-Pero… pero si tú no tienes manos…

-Sí, vaya que aprendí la lección. Le dije después de esbozar un suspiro, como el que expiran aquellos que acaban de contar una gran hazaña.

En mi rostro sentí dibujarse una sonrisa de satisfacción que ni yo misma sabía que poseía. Levanté la cara y aparté unos mechones de mi pelo con mi pequeño muñón…

CARTA INÉDITA DE FRIDA A DIEGO

 

México, 1953

 

Sr. mío Don Diego:

 

Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano, intentan apresurarme pero yo estoy resuelta a terminar esta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean quieren herirme el orgullo cortándome una pata… Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, no, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.

 

No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno… no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres… ¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo nunca te di? Porque no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada…

 

Bueno, el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)… Te dije que yo ya me hacia incompleta de tiempo atrás pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti… Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo “personalmente”, disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en estas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” de mi, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín. Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.

 

Se despide quien le ama con vehemente locura,

Su Frida

CIELO AMARILLO SOBRE DOS CHICAS

Era
un cielo amarillo ¡Con lo que amo ese color! Pero no en el cielo, así me da
miedo. ¿Sabes qué es lo peor? En el sueño lucía igual: “yellow sky”, justo en
el momento en que te separabas de mí, perdiéndote entre la multitud bulliciosa
del mercado… ¿No te parece simpático que regrese de nuevo a la escritura
después de un perturbador sueño? Como era en un principio… Lo sé, tu no estás
aquí para leerlo ni yo allá para contártelo pero me emociona imaginar que de
“red” en “red” te llegue esta nostálgica melodía, sí, dije melodía porque al
recordarte no puedo más que entonar una canción, como si todo esto fuera un
telegrama cantado sólo que me cobrarían un dineral por tantas letras… Lo sé,
soy una tonta, pero (viene la frase trillada) ¿qué puedo hacer si aún te
amo?

 

¿Alguna
vez te dije que te amaba? Te amo, te amo, te amo, te amo… no te rías, sabes
que es cierto, tú y yo no podremos amarnos como todas las parejas de
heterosexuales en el mundo y aun así lo nuestro seguiría siendo amor… No niña,
no me he fumado nada, sólo que te soñé ¿Ahora si te puedo contar todo el sueño?
¿Sí, Sí?… ¡Gracias!

 Estaba
en lugar de siempre, con mi carota de entre seria y enojada, la noche caía como
un chapuzón extraño y de pronto sentí la presencia de alguien acercándose (aun
no sabia que eras tú), se sentó a mi costado y me embarró un boleto de avión en
el mostrador para que lo viera, entonces volteé rápidamente, sí, con esa cara
reprobatoria de “¿quién osa interrumpir la paz de este recinto?” y ahí fue
cuando descubrí un rostro familiar, me tallé los ojos y efectivamente era tu
rostro, eras tu completita y mis ojos de caricatura japonesa, vidriosos
vidriosos, con las lagrimas contenidas como en una presa a punto de reventar. –
¿Cuánto tiempo?- pregunté, – Toda la vida, ya puedo regresar a México –
contestaste y sentí tanta alegría que de inmediato cerré este lugar, te ofrecí
mi casa y salimos rumbo a ella… Hasta aquí todo suena a barato romanticismo,
a “Regreso a Could Mountain” o una película de esas… sólo espera, que viene
la parte perturbante…

Soplaba
un viento en contra nuestra, recalcitrante, frío, aunque después vería que lo
frío serías tú conmigo: cuando colgué mi brazo descubierto en tu brazo y ni te
inmutaste, tu postura había cambiado, estabas rígida sin sonreír, sin
hablarme… como una autómata… Entonces observé que ya no era de noche, un
cielo tornasol nos mostraba en otros lugares, totalmente alejados de mi casa, y
yo apresuraba el paso al sentirme en evidencia de ajenas miradas de árboles
muertos, de áridas y vivientes calles, personas pululando en las banquetas y
carros asesinando el pavimento, a las personas… Había una chica accidentada a
un costado. Me asusté y te jalé para irnos por otro lado, tú creíste que para
evitar ver tal escena pero yo en realidad lo hacía infectada del temor a que
algo así te llegara a pasar ¿entiendes? Acababa de recuperarte y me sería
imperdonable volver a perderte… Íbamos ahora entre aun más extraños
caminos… luego el cielo pintado en amarillo… luego un mercado repleto…
luego te alejaste más y más… hasta desaparecer…

ROSA PÁLIDA


A una rosa a la que le abro
mi pecho

de
ruiseñor encendido,

en el aura de mi espera

desangrada
en blanco papel.

 

Dicen
que su madre no había leído ningún verso en su vida, ninguno hasta ese día en
que de ordinario fisgoneaba en el diario de su hija. Dicen que igual y no
entendió el fragmento de poema pero el hecho de descubrir a su hija en una
nueva faceta “artística” era digno de mención en la cena de navidad, frente a
todos, frente a la familia.

Murmuran
que Aura asistió invitada, como amiga que era de la poeta en ciernes, a la
lectura del escueto y soso poema que no obstante iba dedicado a ella, según
dedujo por el constante coqueteo de su “amiga L”. Dicen que ella se emocionó
porque nunca antes alguien le había hecho tal obsequio pero era agradecida y
esa noche, estando de invitada “especial”, cenó con gran alegría mientras bajo
la mesa la juguetona mano de Lyn 
disfrutaba del postre de su tibia falda de invierno rosa…

REDHEAD ROXANA


Tu nombre exótico, tu palidez sepulcral, la
tentación de tu cuerpo oculto por ropajes oscuros, todo en ti es la realización
de un poema eminentemente romanticista. Si acaso tu cabello de sangre, de femme fatal, tu tétrica y espontánea
risa me hace dudar qué serás ¿ángel o demonio? Vampiresa quizás, con tu
dentadura tan bien proporcionada, bondadosa la naturaleza que te proveyó de tan
hermosos colmillos ocultos  por tus
hermosos labios escarlata.

 

Existe la posibilidad de encontrarme
hipnotizada por el edén de tus ojos pero tampoco me ayudas mucho vistiendo y
actuando de ese modo: conservadoramente provocativo y dramático. Tal vez puedas
ayudarme a develar el secreto oculto tras tus espejos que yo sola no puedo, yo,
que no soy más que una simple mortal enamorada de un ideal poético.

LA VECINA INVISIBLE


Tenía toda
su vida viviendo en la misma colonia, en el mismo edificio de la unidad
habitacional y sin embargo ninguno de sus vecinos la ubicaba. Si llegaba
correspondencia a su nombre era común que terminara extraviada en otros
edificios, en otros buzones pues a nadie le sonaba su nombre.


Sus padres
nunca fueron de grandes y arraigadas amistades, de hecho no se les conoció
alguna. Su padre trabajaba todo el día como obrero de fábrica y su
madre pasaba sus días en las labores típicas de una mujer de hogar,
nunca fue una mujer de esas que andan de casa en casa hilando chismes
quizás por eso la hija tampoco lo fue. Cuando jubilaron a su padre 
ellos hicieron lo que siempre quisieron: compraron una casa, un terrenito
en su pueblo natal y se fueron…


Ella debió
haberlos seguido pero se aferraba a llevar una vida “normal” en
la ciudad, como cualquier chica de su edad, aunque para todos sus vecinos
ella fuera casi invisible, inexistente. Algunos dicen que fue por soledad,
otros que por desamor (aunque nunca le conocieron galán), la verdad
es que nadie la conoció tan bien como para saber por qué ella cometió
suicidio.


Por estética,
depresión, desengaño, lo que sea, aquella chica dejó de comer y comenzó
a bajar de peso, entonces sí sus vecinos advirtieron su presencia,
algunos, los más tímidos o indiferentes la saludaban de largo, otros
le preguntaban su nombre y otro más aventados la invitaban a salir.
Pero todo cambió cuando su delgadez se tornó extrema, los halagos
y piropos fueron sustituidos por cuchicheos, chismes dichos a escondidas
por mujeres sin quehacer.


Finalmente
un día ella murió, encontraron su desgastado e insano cuerpo cuatro
días después del deceso. Puede decirse que ella logró su cometido:
llevar una vida citadina normal y ordinaria en estos días. Vivió y
murió como la vecina invisible que siempre fue, ignorada la mayor parte
del tiempo por los otros y con hábitos autodestructivos que la llevaron
a la enfermedad, a la  anulación física y mental de sí misma
hasta desaparecer…


NO MORE FAIRY TALES


Yo confieso
que maté a todas esas protagonistas de los cuentos de hadas, me colé
sigilosamente en sus habitaciones reales y mientras dormían las maté
de forma tal que ninguna hada madrina las hubiera podido revivir…
¿Motivos?
Creo que son más que evidentes: les hacía un favor poniendo punto
final a sus patéticas historias rosas. Ninguna merecía vivir, la verdad,
con todo y que la Caperucita me caía bien por púber y desobediente
con su  madre… No, su asesinato fue más bien por cuestiones
ecológicas, mira que provocar que asesinen a un lobo en estos días
en que más escasean es imperdonable, inconcebible.

¿Cenicienta?
¡Uta! Esa es otra zorra conformista ¿Por qué todas aspiraban a que
llegara un príncipe azul a su rescate? Y ¿Qué clase de rescate es
casarse y vivir como simple esposa para toda la vida? No, en estos tiempos
eso es conformismo barato y viciado. Podían salvarse a sí mismas sin
necesidad de ningún millonario y apuesto hombre de la realeza, al menos
las hermanastras buscaron con más sacrificio al mentado príncipe,
digo, no es fácil cortarse los dedos de un pie para calzarse una zapatilla
así que mis respetos para esas pobres damas que se “desequilibraron”
en más de un sentido.

Sí, sí, lo
mismo aplica para las otras bobas: La Bella Durmiente por perezosa,
por crear fama y echarse a dormir. Blanca Nieves por no bastarle con
servirle a un hombre sino aparte ¡¡ser la chacha de otros 7!! Bueno,
3 hombres ½…
 

¡Ey, ey! Un
momentito ¿Ariel? A la sirenita, a esa sí que yo no la maté, ¡verdad
de Dios! A mi no me van a cargar ese muertito pescadito. ¿No conoce
la verdadera historia? Pues se la cuento: Ella se convierte en espuma
de mar al no conseguir el amor de su príncipe y menos que se casara
con ella. Lo sé, desde ahí se lo merecía por patética, mire que
transformarse, ¡cambiar! para gustarle a un hombre, PA-TÉ-TI-CA…
Aparte no me dejará mentir: La sirenita ya apestaba desde antes de
estar bien muerta.


 

WAKE UP ALONE

Desperté con la sensación de un grito ahogado y un leve cosquilleo en las palmas de las manos. Con la claridad del día pude ver las marcas de mis uñas en mis propias manos, eran indicios de la fuerza con que cerré los puños mientras dormía, soñaba y vivía en valles oníricos. 
Un dolor de cabeza punzante y certero me impedía trata de recordar el motivo de mi sobresalto ¿Qué soñé esa noche? ¿Qué viví? Lo único real parecía el ente inmóvil y sanguinolento que habita ahora bajo mis sábanas. ¿Por qué lo maté?

YELLOW SUNDAY 5

Regreso a las
bancas del reloj, aquí me tienen escribiendo. Vendedores de frutas
exóticas me atosigan a que compre y yo sin un quinto en la bolsa pero
eso sí, con el estomago lleno de pesar… Escribo y lloro, no puedo
evitar llorar. Ya casi termino… Siento que me quemo y ya no sé si
creer que es por el sol. 

Una mosca se
posa en mi rodilla he intento controlarme para no gritar o salir corriendo.
No exagero, alguna vez entré en crisis con una de esas, sí, con una
mosca enorme, verde, con ojos rojos inquisidores, de las llamadas moscas
panteoneras pues. Lo recuerdo bien, había tenido una fuerte discusión
en mi casa y de pronto una mosca apareció, me observaba y aparecía
en todos los rincones en los que me refugiaba, en todos lados hasta
que la crisis me asaltó… Juraba y perjuraba que esa mosca era el
diablo o al menos uno de sus emisarios, enviada para atormentarme aunque
nunca se comprobó mi hipótesis en realidad. Desde entonces cada que
entro en conflicto se me aparece una de esas, como ahora. La estoy viendo
y ella me mira a mi también, múltiple… No sé, comienzo a creer
que soy yo la que alucina, que mi mente juega conmigo y que ninguna
de esas moscas ha existido en realidad… 

Se oye una
campanada a lo lejos o quizás alucine por el hambre. No sé qué hora
es ni quiero sacar mi reloj del morral, desconfío de los dos fulanos
que se han sentado a mi lado. Tampoco sé si regresaré este día a
casa, lo único que sé es que no es fácil escribir con los ojos cubiertos
de lagrimas y un corazón tan vacío como mi estomago. 

Una chica llorosa
se levanta de su lugar y comienza a correr, ni siquiera se  despide
de sus acompañantes. ¡Mira si hay gente loca en esta ciudad! ¡Vamonos!
Que ya va a empezar a llover.
..


YELLOW SUNDAY 4

Camino rumbo
a la Plaza Tapatía, hay otro espectáculo de clowns y cero bancas
desocupadas. Elijo al anciano solitario de la banca 2 “Solitario de
la banca #2 a la una, solitario de la banca 2 a las dos, solitario de
la banca 2 a las tres. ¡Vendido a la señorita desaliñada que se aproxima!”.
Está sentado a un costado del que bolea los zapatos y bajo la serena
sombra de un árbol. Tomo asiento a una distancia considerable del señor
y proporcional al ángulo de la sombra proyectada por mi amigo Árbol
y en contra de mi enemigo el Sr. Sol. Dejo la primera pagina de mi cuadernillo
en blanco, pensando que algo se me ocurrirá después para escribir
ahí.  

Escribo sentada
en ese lugar por un rato hasta que se torna insoportable el calor, eso
y la plática sobre mujeres que sostiene el bolero y un cliente. En
verdad odio las conversaciones de los hombres que generalizan sobre
nosotras, como si nos conocieran… Tendrían que nacer de nuevo, como
mujeres y menstruar, tener cólicos, parir hijos y llegar a la menopausia
para entendernos, es todo lo que diré al respecto. Levanto la mirada,
un policleto pasa con normalidad, con sus lentes oscuros no puedo ver
hacia dónde dirige su mirada. “No me diga mi poli ¡Está prohibido
escribir!”. 

Me paro a bobear
en algunas tiendas y puestos ambulantes (los pocos que quedan) del lugar,
me dirijo al Hospicio Cabañas divisando si aun estarán por ahí las
muñequitas “Marías” que antes quería comprar pero conforme avanzo
veo que ya no hay nadie en ese lugar, solo gente tomándose la foto
cual turistas en su propia ciudad. Doy vuelta para regresar, el agua
ya hizo efecto y necesito buscar un baño now. El Centro Joyero
ya está cerrado pero conozco de un baño en servicio por el lugar.
Camino no sin antes detenerme a mirar las fotos tras el vidrio, fotos
de aquellos malchicos que agarraron “in fraganti" robando
joyitas o qué se yo pudieron robar. Me río para mis adentros y pienso
que a mi nunca me agarrarán y si lo hacen prometo peinarme pa’ la
foto. 

Tengo hambre
y el restaurancillo que está a lado del centro joyero no es de mucha
ayuda para olvidar tan básica necesidad. “Exclusivo para clientes
del restaurant”, avisan a la entrada del baño pero a mi me vale que
ya me meo así que será mejor entrar. ¡A huevo! No pensaba ir hasta
San Juan para miar en baños más o menos infectos y malolientes (al
menos es lo que recuerdo de mi niñez, ahora en mi “adultez” ya
no me verán entra a uno de esos) teniendo un baño limpiecito con jabón,
papel y tocador con espejo.

Hago lo que
tengo que hacer y salgo, me pavoneo para que miren cómo quebranto su
señalamiento. ¿Y qué? Yo alguna vez comí en este restaurante, se
los digo con cada fibra de mi cuerpo porque en verdad alguna vez estuve
ahí con un ex novio mío… Espléndido el muchacho… Me pregunto
dónde estará…