… mujeres ultrajadas, pobreza y desilusión en todo el país durante ese año rojo, parecía sin duda que nada mejoraría, no obstante, al ganar nuestros vecinos (con el uso de bombas nucleares, para variar) fuimos beneficiados económicamente, se recuperaron territorios perdidos como Texas, California y se anexaron nuevos ante la paranoia (miedo) de algunos pobladores que ya no tuvieron ganas de seguir perteneciendo a ese “tirano” país.
La “Paz” reinó nuevamente o al menos en apariencia dado que la mayoría seguíamos cargando en nuestros corazones el dolor de una guerra que nadie pidió y la apatía se generalizó como una “cualidad” (me atrevo a decir) innata en los habitantes de todo el mundo, quizás un esbozo de tranquilidad se asomó en los rostros ante las firmas (posteriores) de “Tratados de Paz” que culminaron con la prohibición mundial de fabricación de armas de destrucción masiva y el uso de energía nuclear se redujo considerablemente, aunque mi madre dice que esos acuerdos se tienen desde hace mucho tiempo atrás, sí, acuerdos que nacieron para romperse.
Mi vida cambió como la de muchas personas a raíz de esa guerra, lo sé, pero es difícil seguir viviendo con el recuerdo de la familia que tuve y que no volveré a ver jamás: mi padre murió protegiéndonos de la invasión; mi hermano pereció luchando en la frontera norte del país; mi hermana mayor “desapareció” un día ya no regresó de su consultorio; de mi hermana menor lo ultimo que supimos fue que intentaba huir hacia Guatemala junto con su esposo, tendría 5 meses de embarazo cuando salieron de aquí… sólo me quedó mi madre… mi má…