Soñé que regresabas, que de pronto te veía correr hacia una tornamesa y comenzabas a bailar, entonces yo corría hacia a ti y te abrazaba, sinceras lágrimas salían de mis ojos… Entonces tú te apartabas, con gesto de quien teme algo y decías que no me conocías, sorprendida y aún llorando te contaba quién era, lo que habíamos vivido, cómo a pesar de portarme como una maldita contigo nos hicimos amigos… Me di cuenta que tu mirada se perdía, eras como un animal asustadizo, advertí el mal estado en el que te hallabas, demacrado, golpeado… Tu amor por la música se mantenía, era evidente, seguías siendo tú pero sin serlo: tu amor por la humanidad se había extinto. Luego pensé en todo lo que habrías sufrido en la cárcel y mi corazón se estremeció… Y luego desperté…