-Tú no lo sabes pero apareciste en mis sueños, no hoy, no ayer, sino hace mucho tiempo y aún sin conocerte…
La confesión fue tal que el pelao prefirió unirse a la bola, por allá dicen que anduvo con los villistas, otros que con Obregón, yo creo que fue de los primeros en morir en la línea de fuego del anonimato…